

Y ahora, hoy, me enfrento a un millón de preguntas. ¿qué haré mañana para empezar? Mañana trabajaré para hacerme un futuro, o trabajaré para estar bien, ese único día?
¿me acordaré de las cosas que me sucedieron ayer y actuaré en consecuencia? ¿o me dejaré llevar, como cuando voy subido en un vagón del metro, o en el autobús, yo con mis pensamientos mirando los pies, las caras, los libros o el paisaje con una idea… seguir la rutina??
Sí, recurrimos a nuestros pensamientos y hablo de ello es porque cada uno, individualmente siempre estaremos con nosotros mismos. SOLOS. Y esa idea no nos ha dañar nunca, tenemos que tratar a la soledad como algo que ha de pasar, pues debemos acompañarnos de ella. Del silencio, de los recuerdos de los buenos momentos, e ir desechando esas cosas que mal nos hacen…
Y sé que algunos de vosotros piensa siempre lo negativo, viven con el dolor como compañero, como mejor amigo, con la soledad cruel, y la incomprensión, da igual que seas súper dotado, que limítrofe…. Da igual, lo realmente importante es lo que deseas tú recordar, qué deseas y qué buscas… ¿recuerdas los buenos momentos para que te duelan? ¿o los miras como cuando pasas delante de una obra de arte que te deleita, te encanta y te quedas con la buena sensación que te recuerda? Al menos yo, me quedo mirándolos, con cariño, con ternura, como la obra que hace un hijo y la mira el padre con ternura, pues soy el padre de mis momentos, el padre de mi vida, el primero en regañarme por lo que hice mal, el primero en alabarme hasta el infinito, y el último en darme las buenas noches, el primero en darme los buenos días y el último en desear tenerte a mi lado… Ser el padre de mi vida, es lo mejor que nos puede pasar…
Tú, que me lees. Se el padre, se la madre. O las dos cosas, pero mírate con cariño, pues el final llega con cada segundo que pasas leyéndome, y preocuparse por lo incorregible, por lo que pasó y no volverá a pasar…
Además otra cosa que digo es que los recuerdos son como el aroma de bollos calientes al pasar por la panadería cerca de tu casa, que muchas veces es mejor sólo tener la sensación de que existen, no entrar y darle el bocado… pues puedes sentirte culpable por que es algo que no debiste de hacer, sea porque tienes que comer o por que irá al “michelo” que ponemos nombre…
Se feliz con tu soledad, aprovéchala para construir tu vida, no para destruirte con tu pasado

Me acompaño en soledad,
hoy quiero estar a solas.
Necesito de mí para pensar
y dejar que pasen las horas…
Que el tiempo hoy es mi yugo
y ahora todo me pesa,
No sabría expresarlo,
ni poner las ideas sobre la mesa,
tampoco quiero intentarlo…
Hay veces que temo la incertidumbre
y me suicido en cualquier verdad,
observando como la razón sucumbe
pues desee escapar de esta soledad…
Y en cambio,
hay días que me encierro en mi cuarto
en busca de un poema legendario
que pueda expresar que te quiero
o que ya de ti estoy harto…
Puedo ser dulce o fiero
pero hoy soy lobo estepario
y no necesito nada de ti
Hoy soy lobo solitario
de sonrisa forzada
y puños apretados
por querer estar atrapado
en mi, a modo de barricada,
Hoy puedo superar la muerte,
esperarme que dejes de quererme,
superar un fracaso
Pero en mi soledad,
seguiré viendo medio lleno el vaso…
