

•Tres Velas (La reedición de mi comentario, espero que os guste)
Apaga las luces, enciende las velas, lo que tengo entre las manos es mejor que te lo empieces a imaginar, que comiences a adaptar tu cuerpo para recibirme, porque hoy me he puesto esa fragancia que con su cercanía, hace que tu cuerpo comience a cambiar. El juego comienza y las cartas son todas mías.
Primero, pongo nuestras canciones, subo el volumen. Los vecinos son muy indiscretos y tú perderás el control.
Me aproximo a ti, te noto receptiva así que limito la distancia de nuestros cuerpos al terrible algodón de nuestra ropa, que no me deja sentir tu piel. Mi boca está tan cerca de tu cara que cada aliento parece recorrer todo tu cuerpo y tú inconscientemente ofreciéndome tu cuello…
Canturreo la canción sobre tus hombros, provocando que tu piel se erice, momento que aprovecho para meter mis manos entre tu pelo y presionar tu cuero cabelludo que junto con mi otra mano, que bajó a juguetear con la franja libre entre tus pantalones y tu camiseta, te vuelves a encoger. Una fría oleada recorre tu cuerpo, y un terrible calor que comienza a apoderarse de tus miembros. Cierto, ahora me notas tensándome tras de ti y te atraigo hacia mí y jugueteo con tu oreja…
Tú, impaciente, te giras buscando mi boca, pero me separo, y mi respiración ahora más larga y pausada parece pedir tus besos, pero con una sonrisa traviesa, mi mano rápida y silenciosa subió por tu espalda rozándote levemente. Te he liberado de la opresión, ahora búscame…
Pero yo incansable busco tu piel y mis manos surcan cada centímetro de tu ropa, tan despacio que no sabría decir si son caricias o es la suave brisa de este mar que nos arrulla…
Te miro a los ojos, buscando esa complicidad, ese secreto que compartimos y saber cuál es el próximo paso y negarme, sólo una ligera aproximación, y una huida a tiempo. Tu cadera se levanta, corriendo desde tu cuello va mi boca, mientras que mis manos que bajan desde tus hombros retiran esas incomodas tiras. Paso a paso te voy desnudando. Mi boca tira de tus vaqueros, mi nariz presiona tu cadera y la mezcla de aire caliente que expulso y aire que respiro hace que te vayas volviendo loca por tenerme…
Ahora metido entre tus piernas subo hasta tu boca rodeando tus senos y mi mano va acariciando a la par que mí boca deja una estela de vida y escalofríos
Tu camisa se subió hasta tu pecho, ya te molesta. Llegué a tus suaves labios, te beso como nadie lo ha hecho antes, mis labios se sellan contra los tuyos y mi lengua busca el contacto con la tuya, para que cada movimiento suba este calor… Momento en el que una de mis manos va quitando botón a botón de tus pantalones, mientras que los dos luchando olvidamos mi mano. Ya siento tu calor. Paro de besarte, sonrío.
De repente te agarro de la cadera, casi con violencia y salvajismo y te aprieto contra mi pelvis y yo medio sentado me echo sobre ti, abrumándote y quitándote lo que te quedaba sobre tu pecho. Tus pezones parecen saludarme, así que me entretengo un momento antes de darte otro apasionado beso.
Intentas arrancarme la camiseta, y observar cómo mi cuerpo se endurece con cada gesto de cada embestida. Me resisto, Te digo "HOY ERES MIA" Atenazo con una mano tus muñecas y con la libre me quito la camiseta, te dejo libre, y tus dedos se clavan en mi carne exigiendo más.
La luz fantasmal de la vela, provoca sombras extrañas sobre mi cuerpo, parezco superior.
Las canciones paran un segundo. Escuchamos nuestra agitada respiración, observamos nuestros rostros colorados, sonreímos, bajo la mirada…(preciosa toda ella...)
Todo libre, desde la línea de tus pantalones hasta tu cuello, me entretengo besándote, acariciándote, agarrándote… haciendo de tu cuerpo una fiesta. Mis besos por cada rincón de tu cuello, de tus hombros, dejan el ligero picor de mi barba que no deja de hacerte cosquillitas. Desde el punto más bajo que me permiten los botones de tus vaqueros hasta tu boca, pasando por tus dedos, recorro cada centímetro, no hay prisa… eso te enloquece.
Pocos ases más en mi baraja para este juego… Uno tus pantalones.
Te los arranco sin más miramientos, junto a tu ropa interior y dejo que mi cara se pegue a esa joya que guardabas. Te noto, me quemas, pero no hago nada. Sólo respiro, suave, lento…
Una vez liberadas, tus piernas me rodean… Te aparto y ahora veo lo que antes sólo insinuabas, examino con mi lengua bajo la luz de la vela… haciendo presión, aquí, allá…
Lo siguiente sólo podemos recordarlo, el momento en que nos unimos, en que sentados tú sobre mí, unidos… Felices, plenos

Seguí el camino que me lleva a tu cuerpo
Guiado por tus ojos y la suerte de mis manos
dejándome llevar por el ritmo de tu aliento
donde no hay perdedor en la batalla que lidiamos
Tus caricias dibujan algo en mi;
como un hechizo para olvidar los complejos.
Mientras nos rodea un humo de incienso…
decidí destapar tu figura, donde al fin vi
la perfección que Dios dibujó en tus curvas…
Tus dedos deslizándose por mi pecho,
besos en el cuello,
hicieron esfumarse a las dudas
tu aroma en mi piel ha quedado impreso;
se que esta noche seré de tu cuerpo dueño
Suave me deslizo dentro de ti
Y ahora es cuando más te siento
Haciendo que merezca la pena vivir
Pues así rompimos las cadenas del tiempo